
AUTOR: RAQUEL CASTRO
Una
vez, en mi cumpleaños, me regalaron un zombi. Era la cosa más mona: gruñosito,
apestosito, asesinito. Lindísimo. No podía esperar a regresar a clases para
llevarlo a la escuela (todos los niños llevan sus juguetes luego de Reyes o
luego de su cumpleaños, para presumirlo a sus amiguitos. Mis desgracias eran
dos: la primera, que mi cumpleaños caía -y sigue cayendo- a mitad de las
vacaciones...